Noviembre 26, 2020
En una mesa situada en una esquina de un salón comedor repleto de gente, un grupo de reflexión espontáneo formuló hipótesis sobre el futuro de los edificios. Este grupo incluía al Director de Ciencias Edilicias Mario Gonçalves; a la Vicepresidenta de Tecnologías Conectadas; a Bruce Bailey, experto en edificios inteligentes; y al Vicepresidente Sénior de Tecnología y Programas para la Asociación de la Industria de las Telecomunicaciones Harry Smeenk.
A continuación hay una muestra de su animada conversación:
¿Cómo cambiarán los edificios en el futuro?
GONCALVES: Sus exteriores se están volviendo cada vez más inteligentes para ayudar a proteger a los ocupantes de la contaminación, el ruido y otros elementos. Por ejemplo, si vive en el piso 120 de un rascacielos, querrá poder abrir la ventana y tener confianza en que el aire exterior no es dañino. Por lo tanto, los diseñadores crearon un sensor luminoso que cambia de color para indicar si es seguro abrir la ventana. También estamos viendo fachadas de edificios que son capaces de responder al entorno. Un día soleado, el cristal puede cambiar su tinte para evitar que el calor y el sol ingresen de forma muy intensa.
SMEENK: Veo a los edificios dentro de 10 años como una plataforma completamente conectada y plenamente integrada. Los edificios funcionarán como un servicio. El edificio se convierte en la red, o la plataforma de una aplicación, para respaldar la siguiente generación de las ideas que vendrán.
STEGALL: También debemos abordar una población global que, para el año 2050, aumentará en más de dos mil millones de personas. Actualmente, la necesidad es readaptar y mejorar nuestros edificios existentes. Al mismo tiempo, la demanda para construir edificios nuevos está creciendo exponencialmente, lo cual significa que los propietarios de los edificios y las empresas deben pensar en cómo generan eficiencia. La sostenibilidad es el impulsor clave para el reciclaje y la reutilización de los materiales, así como la salud y el bienestar de la gente que vive y trabaja en los edificios.
GONCALVES: Con una población creciente, tenemos densificación en las ciudades. Estamos agrupando a los edificios y haciéndolos más altos porque a mayor cantidad de edificios en un área densa, menor será la cantidad de plantas de energía distribuidas por todas partes. Estamos construyendo edificios más altos para lograr un impacto ecológico menor.
¿Cómo manejarán los edificios del futuro los ambientes extremos y las tormentas cada vez más violentas?
GONCALVES: Los edificios deben diseñarse para tener en cuenta el impacto traumático y la inestabilidad. Debemos investigar el impacto de los desechos que vuelan y se depositan sobre las fachadas de los edificios durante una gran tormenta. También constituyen una preocupación los posibles ataques terroristas.
SMEENK: Hay un gran factor de seguridad que debemos considerar. En el interior, necesitamos poder reconocer y ubicar a la gente con rapidez y comunicarnos con los servicios de emergencia. Además, imaginen poder realizar una cirugía remota en alguien que está en una escalera y ha sufrido una lesión por una catástrofe.
BAILEY: Más edificios incorporarán microrredes eléctricas para que puedan funcionar si la red eléctrica sufre un corte. Esto sumará al factor de resistencia durante eventos extremos. En los edificios con cargas críticas u hospitales que necesiten seguir funcionando, ya estamos viendo un cambio: se están alejando de los generadores de respaldo con diésel y pasando a los bancos de baterías de ion de litio.
GONCALVES: Debemos diseñar de forma diferente para anticiparnos a los desastres que podríamos tener. Veremos cada vez más edificios impresos en 3D. La tecnología cambiará, e imprimiremos estos edificios en el lugar. Estamos usando más prefabricación, así que los edificios podrían construirse a partir de un kit. Llegarían al lugar de construcción en módulos que contengan todos los componentes necesarios, como fontanería, componentes inteligentes y eléctricos, y entonces se erigiría el edificio en un cuarto del tiempo que se necesita actualmente.
STEGALL: Y ya se han construido a nivel global algunos edificios divididos en módulos.
¿Qué hay de los edificios que puedan responder a las personas? ¿Puedo hacer que mi entorno se adapte a mis preferencias, como si tuviera personal que se adelantara a mí y me preparara cada habitación para que yo ingrese?
STEGALL: ¡Por supuesto! Imagine que es un miembro VIP de un hotel y cualquiera de las sedes de ese hotel en cualquier parte del mundo a donde viaje lo reconoce inmediatamente y se adapta a sus gustos.
¿Cuáles son otras de las necesidades futuras que abordarán los edificios?
STEGALL: La necesidad de ser móvil y trabajar desde cualquier parte está creciendo. Veo edificios donde el espacio es un servicio. Por ejemplo, en lugar de inquilinos tradicionales, podría tener un espacio para café que puede alquilar a compañías que podrían venir y organizar un evento de equipo allí. Esto genera algunos modelos nuevos e interesantes para los inquilinos y los espacios multifuncionales con un ambiente realmente moderno: excelentes entornos. Y todo estará conectado. La interconectividad es crucial.
GONCALVES: Ya estamos viendo unidades de condominio que salen al mercado para teletrabajadores, donde uno puede ingresar al condominio por la noche y es un dormitorio. Por la mañana, la cama se eleva y el espacio se convierte en una oficina. Puede vivir y trabajar en la misma unidad, y todo se controla con una aplicación.
BAILEY: Debe haber una comunicación fluida. Sus dispositivos personales deben funcionar en todas partes. Y, con algunas tecnologías nuevas, como 5G, hay limitaciones sobre cuán bien pueden funcionar, así que es necesario que haya mucha inversión más en ese espacio.
¿Tenemos la energía para alimentar a estos edificios inteligentes?
BAILEY: Tradicionalmente, las mejoras de la energía en un edificio producían la primera rentabilidad de la inversión. Esas mismas inversiones pueden usarse para apoyar a la red eléctrica.
STEGALL: Debemos concentrarnos en el reciclaje y el desperdicio cero, la sostenibilidad, reutilización y multifuncionalidad. Los edificios como servicio y el espacio como servicio son cosas que tienen que crecer.
GONCALVES: Necesitamos usar materiales más renovables y más inteligentes. En la actualidad, el vidrio se usa predominantemente en los edificios grandes. Pero desde la perspectiva de la energía, es más eficiente tener una parte aislada de 5 pies que una pared de cristal, así que el vidrio y la tecnología de los sistemas de vidrio deben ser más eficientes energéticamente.
BAILEY: Los servicios públicos no pueden solucionar esto ellos solos. Van a depender en gran medida de que los mismos propietarios de los edificios inviertan en sistemas de energía para ellos, y que tengan la habilidad para que sus cargas sean flexibles. Durante un período de consumo pico, si uno atenúa un poco las luces o sube unos grados el aire acondicionado, le devolverá algo de energía al propietario del edificio para que este alivie en cierta medida a los servicios públicos al crear una infraestructura más dinámica.
Actualmente los edificios piensan. Toman decisiones en tiempo real. Pero, cuanto más inteligente se torna un edificio, con mayor interoperabilidad, más se nos avecinan inquietudes relacionadas con la seguridad, ¿no?
STEGALL: Por el lado de la ciberseguridad y la seguridad física, habrá acuerdos con respecto a cuáles son los sistemas de seguridad de la vida diaria críticos en el edificio y que deben mantenerse privados y separados. ¿Cómo obtenemos los beneficios que deseamos para los inquilinos y empleados sin comprometer los sistemas de seguridad críticos de un edificio? Cuando hablamos sobre un sistema de supresión de incendios, ¿realmente es necesario que esté conectado con el sistema informático del edificio? ¿O debería mantenerse separado del sistema de seguridad de la vida diaria del edificio?
¿Y qué hay de un edificio que se repare a sí mismo?
GONCALVES: Para que un edificio se repare a sí mismo en el futuro, deberá estar construido con materiales que podrían tener el ADN para hacerlo.
BAILEY: Pero si construimos edificios resistentes, no será necesario repararlos con tanta frecuencia.
SMEENK: Uno de los mayores impactos sobre un edificio es la inundación, así que hay mucha actividad para crear sensores y bombas para prevenir esa inundación. Lo mismo sucede con el daño por incendios y humo. Si hubiera un caso en el que un relé tuviera un cortocircuito, en circunstancias normales produciría un incendio. Pero con inteligencia artificial y los datos que se utilizan en el edificio, ahora tiene suficiente información para decir que si hay un cortocircuito en el módulo, se debe realizar una determinada acción.
BAILEY: También aprendimos que no hay que poner la infraestructura clave en los niveles más bajos. El huracán Sandy demostró esto muy claramente en la ciudad de Nueva York. Ahora, las cosas están elevadas y hay una mentalidad totalmente diferente. Muchos sistemas inteligentes tienen redundancia incorporada para aumentar la fiabilidad. Si algo falla, hay un mecanismo de respaldo o una solución alternativa, así que los sensores, componentes electrónicos, serán más económicos y la toma de decisiones se producirá con mayor rapidez. Habrá menos intervención humana y muchos menos errores humanos.
STEGALL: Entonces, con todos estos sensores que pueden indicarnos cosas como que la caldera está llegando a un límite de control que uno haya identificado, o bien, hay un riesgo por la calidad del aire externo, así que se cierran las persianas de las ventanas de forma automática, se podría interpretar que los edificios se reparan a sí mismos.
¿Qué podemos imaginar en el futuro lejano? ¿Edificios que caminan? ¿Arcología?
GONCALVES: Algunos ingenieros y diseñadores ya están creando modelos de hábitats sostenibles en el espacio exterior. El proyecto de Thornton Tomasetti, “Destination Mars”, está diseñado para imprimirse en 3D a partir de materiales extraídos en Marte y construirse con poca o nula participación de los seres humanos.
STEGALL: Bueno, la Tierra tiene tres cuartas partes cubiertas por agua. ¿Por qué no crear pueblos, aldeas y ciudades flotantes en el mar?
GONCALVES: De hecho he visto un concepto, denominado la Analemma Tower, para suspender un rascacielos en el aire y sujeto de un asteroide que se ha puesto en órbita. Así, el edificio se mueve en órbita.
SMEENK: Pero, en realidad ya tenemos edificios móviles. Se llaman cruceros.
Rachna: Y caravanas.
(Risas)